"1º de Mayo", de Ricardo Mella
¿No te sientes, obrero, un poco poeta, un poco
loco, un poco dichoso? Mira que estamos en el gran día de las flores, de
la resurrección de la vida. Mira que estamos en plena renovación, en
plena savia, en pleno amor. Todo canta la gloria de Mayo florido.
Tú puedes, como las jovencitas que van a cantar sus virginales anhelos al pie del altar, tú puedes rendir tu culto de entusiasmo, de vigor, de energía, al dios de las victorias. Has vencido, y los cánticos de triunfo no estarían mal en gargantas de energúmenos.
Es también tu día Primero de Mayo. Tienes tu fiesta y tu icono. Diviértete, pero ríe, ríe, bebe, baila, canta: marcha en correcta y nutrida formación hacia el mañana dichoso. Tus héroes delante; delante tus pendones; llega a las puertas de la sinagoga autoritaria, reza tu anual plegaria, y vuelve a cantar, a danzar, a beber, a reír, a perorar, a divertirte. Tienes tu fiesta y tu icono. Es también tu fiesta el Primero de Mayo.
¿Sabes cómo se llama tu ídolo? Santa Rutina Te Ilumine. ¿Sabes lo que festejas y por qué lo festejas? Que la divina imagen de la esclavitud haga en tu cerebro la claridad de todas las verdades. Marcha, marcha como rebaño, como recua, como piara, tras tus pendones y tus héroes. Al final de la jornada, con la voz ronca, los huesos magullados, turbia la mirada, vacilante el pensamiento por el cansancio, acaso encontrarás yerto el hogar, dormidos tus amores, muertas tus esperanzas, fallidas tus locuras. La mísera realidad de tus miserias acaso barra de tu mente las oleadas de demencia y de poesía del florido Mayo. Has cumplido con tu deber de buen ciudadano, de obrero disciplinado, de fervoroso creyente. Y puedes dormir tranquilo.
Por los siglos de los siglos tu culto rutinario será infecundo. Tus procesiones como tantas otras mojigangas befa de las gentes. Un pasatiempo, una curiosidad un anacronismo, y nada más. Los unos dicen, los otros escuchan; aquéllos aplauden, éstos sonríen. Puede el jolgorio continuar. Pasados trescientos sesenta y cinco días repetirán la misma pantomima hecha con igual gravedad y aplomo. Por algo alcanzaste la cumbre de la capacidad política, de la educación cívica, del poder social. La domesticidad es el signo clarividente de la civilización.
¿No ves cómo tiemblan de pavor las adineradas gentes? ¿No ves los sobresaltos de los poderosos? En este día dichoso todo se conmueve: Estado, Propiedad, Iglesia, Milicia, Magistratura. Sólo tú eres sereno, magnífico, estamos por decir, mayestático. Eres el dueño del cotarro.
Pero. amigo mío, si no sabes más, si no quieres más, si nada más haces y pretendes, resígnate a ser esclavo por los siglos de los siglos, que bien te lo habrás merecido. El Primero de Mayo será tu INRI.
Ricardo Mella
Publicado en: Acción Libertaria, nº20. Gijón, 28 de abril de 1911.
Tú puedes, como las jovencitas que van a cantar sus virginales anhelos al pie del altar, tú puedes rendir tu culto de entusiasmo, de vigor, de energía, al dios de las victorias. Has vencido, y los cánticos de triunfo no estarían mal en gargantas de energúmenos.
Es también tu día Primero de Mayo. Tienes tu fiesta y tu icono. Diviértete, pero ríe, ríe, bebe, baila, canta: marcha en correcta y nutrida formación hacia el mañana dichoso. Tus héroes delante; delante tus pendones; llega a las puertas de la sinagoga autoritaria, reza tu anual plegaria, y vuelve a cantar, a danzar, a beber, a reír, a perorar, a divertirte. Tienes tu fiesta y tu icono. Es también tu fiesta el Primero de Mayo.
¿Sabes cómo se llama tu ídolo? Santa Rutina Te Ilumine. ¿Sabes lo que festejas y por qué lo festejas? Que la divina imagen de la esclavitud haga en tu cerebro la claridad de todas las verdades. Marcha, marcha como rebaño, como recua, como piara, tras tus pendones y tus héroes. Al final de la jornada, con la voz ronca, los huesos magullados, turbia la mirada, vacilante el pensamiento por el cansancio, acaso encontrarás yerto el hogar, dormidos tus amores, muertas tus esperanzas, fallidas tus locuras. La mísera realidad de tus miserias acaso barra de tu mente las oleadas de demencia y de poesía del florido Mayo. Has cumplido con tu deber de buen ciudadano, de obrero disciplinado, de fervoroso creyente. Y puedes dormir tranquilo.
Por los siglos de los siglos tu culto rutinario será infecundo. Tus procesiones como tantas otras mojigangas befa de las gentes. Un pasatiempo, una curiosidad un anacronismo, y nada más. Los unos dicen, los otros escuchan; aquéllos aplauden, éstos sonríen. Puede el jolgorio continuar. Pasados trescientos sesenta y cinco días repetirán la misma pantomima hecha con igual gravedad y aplomo. Por algo alcanzaste la cumbre de la capacidad política, de la educación cívica, del poder social. La domesticidad es el signo clarividente de la civilización.
¿No ves cómo tiemblan de pavor las adineradas gentes? ¿No ves los sobresaltos de los poderosos? En este día dichoso todo se conmueve: Estado, Propiedad, Iglesia, Milicia, Magistratura. Sólo tú eres sereno, magnífico, estamos por decir, mayestático. Eres el dueño del cotarro.
Pero. amigo mío, si no sabes más, si no quieres más, si nada más haces y pretendes, resígnate a ser esclavo por los siglos de los siglos, que bien te lo habrás merecido. El Primero de Mayo será tu INRI.
Ricardo Mella
Publicado en: Acción Libertaria, nº20. Gijón, 28 de abril de 1911.
Primero de Mayo: El recuerdo de los mártires de Chicago
Primero de Mayo: El recuerdo de los mártires de Chicago
La jornada de ocho horas fue la reivindicación de las
organizaciones obreras durante siglo XIX. El detonante de la celebración
de esta fecha, los violentos sucesos de Chicago de 1886.
El 1 de mayo de 1886 debería haber entrado en vigor la jornada de 8
horas en Estados Unidos. Y en muchas ciudades del país se accedió a esta
reivindicación, pero en Chicago la patronal se opuso frontalmente.
Los sindicalistas anarquistas August Spies, Albert Parsons y Samuel
Fielden fueron ejecutados por su participación en las jornadas de lucha
por la jornada de 8 horas, estas jornadas comenzaron el 1 de mayo de
1886.
La única herramienta con la que contaba la clase trabajadora era la huelga.
A principios de mayo en Chicago, ciudad en la que las condiciones de
los trabajadores eran peores que en las demás ciudades, más de 40.000
personas no acuden a sus puestos de trabajo.
“Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!
¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria.
Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo.
Es la necesidad lo que nos hace gritar: ¡A las armas!.
Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden…
¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís!
¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!.
(Escrito que llevó a la horca a Arbeiter Zeitung Fischer )
Se convoca un acto de protesta para el día 4 de mayo en la plaza de
Haymarket, y los hechos que se suceden son conocidos posteriormente como
la Revuelta de Haymarket.
Los manifestantes fueron reprimidos por la policía que carga contra
los mismos asistentes, entonces alguien lanza un artefacto explosivo
contra los policías y se inicia un tiroteo, y masacre, contra los
trabajadores.
El logro de la jornada de ocho horas marcó un punto de inflexión en el movimiento obrero mundial.
“Pues hoy en el momento en que escribo estas líneas, el proletariado de Europa y América pasa revista a sus fuerzas, movilizadas por vez primera en un solo ejercito, bajo una sola bandera y para un solo objetivo inmediato: la fijación legal de la jornada normal de ocho horas, proclamada ya en 1866 por el Congreso de la Internacional celebrado en Ginebra y de nuevo en 1889 por el Congreso obrero de París. El espectáculo de hoy demostrara a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que, en efecto, los proletarios de todos los países están unidos. !OH, si Marx es tuviese a mi lado para verlo con sus propios ojos!”
(ENGELS : MANIFIESTO COMUNISTA)
En España, aquella manifestación de 1890, promovida por los
socialistas fue un clamoroso éxito en muchas ciudades, como Madrid o
Barcelona.
Pero el año siguiente, el Gobierno conservador de Canovas prohíbe las
manifestaciones, permitiendo sólo mítines en locales cerrados. Hasta
1931 habrá años más o menos permisivos, dependiendo también de los
gobernadores de las ciudades.
En aquel 1931 el Primero de Mayo se convierte en una prolongación del
14 de abril. Las calles se desbordan de gentes, de alegría, de
libertad. El propio presidente de la República de España, don Niceto
Alcalá Zamora, se dirigió a los manifestantes desde el balcón
presidencial.
El Primero de Mayo vuelve a ser prohibido tras el Golpe de Estado de
Franco, pero los españoles siguen manifestándose en el exilio y la
clandestinidad.
Hasta el 29 de abril de 1977 no se procede a legalizar a los
sindicatos, y no es hasta el primero de mayo de 1978 cuando vuelve la
primavera de los trabajadores y las calles vuelven a desbordarse por la
clase obrera, que clama la libertad.
1886: Asunto de Haymarket
A pesar de Haymarket fue un hito, no fue un enfrentamiento aislado o sin precedentes entre los agitadores laborales y hacer cumplir la ley. Desde 1877, muestra de fuerza de activistas sindicales y anarquistas se llevó a cabo en Chicago, así como en otras partes de los Estados Unidos y en Europa y Rusia. Los activistas de trabajo seaboga por un mayor poder económico y la seguridad que debe darse a las personas que trabajan, y en algunos casos, pidiendo el derrocamiento violento de los capitalistas y las autoridades de gobierno. Después de la huelga ferroviaria de 1877, había sido casi una década de la escalada de huelgas, manifestaciones políticas y los enfrentamientos armados entre los trabajadores y la policía y la milicia privada, contratados por la administración.
La agitación política de los activistas laborales en la campaña para limitar la jornada laboral a ocho horas al día para los trabajadores en las fábricas se intensificó durante los períodos de severa depresión económica, por ejemplo, 1.883 a 1.886. En la primavera de 1886, con anterioridad al 4 de mayo, el día de la confrontación de Haymarket, mítines y manifestaciones de varios miles de personas se habían celebrado, y un aluvión de literatura en Inglés, alemán y otros idiomas alentado los enfrentamientos violentos y los desafíos a la policía y el gobierno sobre las condiciones de trabajo y el movimiento de ocho horas. 01 de mayo 1886 había sido declarada por los sindicatos federados, en su reunión nacional en Chicago en 1884 como la fecha en que el sistema de ocho horas entraría en vigor en todo el país, con el apoyo de las huelgas en todo el país, si es necesario. Cuando ese día transcurrió sin incidentes, todo el mundo esperaba. Mientras tanto, los grupos de gerentes de la industria y de los empleadores, los ciudadanos, y la gran prensa se mostraron alarmados ante la perspectiva de la acción revolucionaria amenazados, e inflamada retórica de ambos lados endurecido las posiciones antagónicas de los trabajadores y la dirección. El 04 de mayo 1886 , varios de los dirigentes sindicales más conocido y anarquistas dirigió a una multitud de simpatizantes de la parte trasera de una camioneta que había sido tirado en un callejón cerca de la Haymarket.August Spies habló en Inglés, seguido de Albert Parsons, quien también habló en Inglés durante casi una hora de denunciar el sistema capitalista, y citando las estadísticas, como lo había hecho en numerosas ocasiones. El discurso de Parsons fue seguido por un discurso en una línea similar por Samuel Fielden, otra conocida activista. Una ligera lluvia comenzó a caer durante el discurso de Parsons, y la multitud empezó a dispersarse, muchos, seguida por Parsons y su esposa, Lucy Parsons, y sus dos hijos, fue a Zepf Hall, un lugar de encuentro cercano. Como Fielden continuó hablando a la multitud se redujo a unos pocos cientos. En el ínterin, sin embargo, un oficial de policía había informado al Inspector Bonfield que el orador estaba usando un lenguaje incendiario y exhortando a la multitud a la violencia. Así como Fielden estaba concluyendo su discurso, el Inspector de Bonfield y más de 170 policías armados entraron en la zona y ordenó a los reunidos a dispersarse. Fielden se opuso y se bajó de la carreta. De repente, unabomba fue lanzada contra la policía y la policía disparó contra el. Pánico seguido. Un oficial de policía, Matías J.Degnan, fue asesinado por la bomba, seis oficiales más resultaron heridos, algunos por las balas de sus compañeros oficiales. Un total de siete agentes de policía, así como un número desconocido de civiles, murieron en el enfrentamiento. El público y la corriente principal de la prensa llama a la venganza, los anarquistas se exige el sabotaje, y una ola de sentimiento popular contra los anarquistas y los sindicalistas se extendió por la ciudad y el país. En Chicago, una organización secreta de los hombres de negocios prominentes y los empleadores se formó para contrarrestar el activismo laboral. Muchos fueron detenidos, allanamientos ilegales se llevaron a cabo, y los derechos de libertad de expresión y de reunión se redujeron drásticamente. Algunas organizaciones de trabajadores y activistas también protestaron por la violencia y apoyados por el gobierno de la respuesta que el lanzamiento de bombas. Mientras tanto, nadie sabía quién arrojó la bomba o si se había originado en Chicago. En poco tiempo un gran jurado especialmente constituido acusados diez acusados, la mayoría de los cuales eran los organizadores y activistas prominentes de trabajo, como accesorios antes de que el hecho de que el asesinato del oficial Matías Degan por la bomba. El juicio, en julio y agosto de 1886, presidida por el juez Gary, fue la causa célebre del siglo. Varios prominentes anarquistas y activistas sindicales fueron algunos de los acusados : Spies, Parsons, Schwab, Neebe, Fielden, Fischer, Engel y Lingg. Parsons había huido de Chicago inmediatamente después del incidente y permaneció en la clandestinidad en Wisconsin hasta el primer día del juicio, cuando entró con su abogado defensor y dijo que estaba listo para enfrentar un juicio con sus compañeros. Varios acusados con nombre y cómplices no fueron detenidos. Todos los acusados - a excepción Neebe fueron declarados culpables de ser cómplices de asesinato y condenado a muerte - a pesar del hecho de que varios no estaban presentes en el lugar cuando la bomba fue lanzada. Tampoco podría el Estado probar quién arrojó la bomba, o si los acusados sabían de su existencia antes de la reunión. Lo que se demostró ampliamente en el juicio fue que los acusados y otros anarquistas han abogado por la violencia en su literatura, libros y periódicos. En septiembre de 1887 la Corte Suprema de Illinois confirmó los veredictos de culpabilidad de asesinato al ser accesorios antes del hecho, aunque en el año transcurrido muchas preguntas se han planteado acerca de la integridad del proceso y sus resultados. El Tribunal Supremo de Estados Unidos se negó a intervenir y anular la sentencia. Unos días antes de las ejecuciones programadas, Lingg cometido suicidio por la explosión de un detonador de contrabando la tapa en la boca. En respuesta a la presión del público y la crítica, el gobernador sentado conmutó las sentencias de Fielden y Schwab a cadena perpetua, pero se negó a conmutar las condenas a muerte de los otros. Las ejecuciones fueron programados para seguir adelante. El público y el gobierno estaban convencidos de que sería un minuto último intento de asaltar la cárcel y liberar a los prisioneros, y la ciudad y la cárcel fueron cerradas y custodiadas por cientos de policías en previsión de un acto más importante de la violencia por parte de los anarquistas. Nada ocurrió. 11 de noviembre de 1887 el cuatro anarquistas restantes cuyas sentencias no había sido conmutada, Spies, Parsons, Fischer y Engel fueron ahorcados en una, altamente ritualizado ceremoniales ejecución inusual que fue presenciado por público selecto de más de 170 personas. Cuando su cortejo fúnebre hizo su lenta procesión por las calles de Chicago en su camino al cementerio de Waldheim, la multitud de observadores en silencio, detrás de las filas de policías armados, se estimó en más de 200.000. En junio de 1893 el gobernador John Peter Altgeld perdonó a los otros dos acusados de estar, Fielden y Schwab, y emitió una larga declaración de las razones de los indultos, criticando a los procedimientos de debido proceso en el juicio en general y la conducta perjudicial del juez Gary en el juicio, en particular, . El acto de perdonar a los anarquistas, y la crítica del juez y la forma de juicio, eran muy impopulares. El fallo destruidos perspectivas gobernador Altgeld para cargos electivos en el futuro. Los que fueron ahorcados se convirtió en mártires a las generaciones de activistas sindicales. Aquellos que creían que los acusados eran una amenaza para la seguridad pública felicitó a sí que el orden público había sido reformada con un castigo ejemplar. Para las fuentes y la información adicionales: El Mayday Primero: los discursos de Haymarket (1980) Michael J. Schaack, la anarquía y los anarquistas . Una historia del terror rojo, y la revolución social en América y Europa. El comunismo, el socialismo y nihilismo en Doctrina y Escritura. La Conspiración de Chicago Haymarket, y la detección y enjuiciamiento de los conspiradores. (Chicago, 1889) (Schulte FJ and Co.) La Biblioteca del Congreso Colección: Los anarquistas de Chicago en el banquillo: elementos de juicio el asunto de Haymarket . La Sociedad Histórica de Chicago . | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Descripción del caso
Degan, Oficial de Mathias J., West Lake St. Station, muertos por explosión de una bomba, disturbios deHaymarket.
Circunstancias
Víctima
Demandada
Policía
Legal
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